viernes, 7 de diciembre de 2018




       

Fracasar como Japón.


Hoy se conmemora el ataque japonés a Pearl Harbor. Por este ataque Japón fue después golpeado con dos bombas atómicas.


Los líderes japoneses llevaron a su país al fracaso de manera consciente y deliberada. Sabían con toda claridad que no podían ganar una guerra contra los EU. Su militar más inteligente, Yamamoto, se los dijo claramente.


Aún así atacaron. Por que estaban ardidos. Por que ansiaban castigar a los blancos en Asia. Porque se sentían ofendidos con su presencia. Por que junto a este ánimo padecían la creencia absurda de que un país debe tener colonias para ser un gran país.


Yamamoto, el mismo que sabía que no podían ganarle a los EU, propuso el plan para atacarlos.


Antes, se hicieron con todo el poder. Recurrieron al asesinato para ir desapareciendo a la oposición. Como sus proyectos de guerra y colonización necesitaban de la industria, fueron aliándose con empresarios.


Golpearon primero, y fuerte a sus enemigos: Pearl Harbor. Pero no volvieron a hacerlo. En lugar de eso sufrieron dos bombas atómicas.


La cancelación del aeropuerto en Texcoco es algo similar. Es una decisión absurda: no se explica racionalmente. Simplemente porque sale mucho, mucho más caro cancelarlo que terminar de hacerlo. A los inversionistas no les importa si se hace o no, pero si no se hace simplemente reclaman su dinero.


Es decir: en lugar de terminar la obra, Obrador prefiere crear una enorme deuda.


Parece que no cree que sea Presidente. Parece que en las mañanas se despierta y no cree que sea el Presidente. Así que necesita ejecutar acciones espectaculares para reafirmarse.


Ordena la cancelación del aeropuerto, para decirle a las financieras mexicanas y extranjeras que ¨´el es el que manda”. Pero, ¡después debe salir en cadena nacional a decir que garantizará la deuda que causó su acción!


Los adquirentes de los bonos no aceptan la pérdida de los 10 centavos que les propuso el equipo del subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera. Por lo menos reclaman el 100 por ciento del valor de papel. Y además un premio adicional para renunciar a los términos del contrato original, esto último fundamental para que se pueda proceder a la cancelación formal del NAIM sin que se activen las demandas (tomo la información de la nota “NAIM arriesga primera colocación soberana”, Financiero, 07 12 18).


Más aún, de la misma fuente: PARECE QUE EL acuerdo de La Alcachofa, ése que Andrés Manuel López Obrador tuvo de palabra el 8 de noviembre en un restaurante de Polanco con los principales contratistas del NAIM, fue de dientes para afuera. No lo comente mucho, pero las constructoras que participaron se están intercambiando comentarios de la petición que hace unos días les hizo Gerardo Ferrando. Resulta que el nuevo director del Grupo Aeroportuario CDMX los llamó, uno a uno, para pedirles una carta de renuncia voluntaria a continuar con sus respectivos trabajos. Por supuesto que ninguna estuvo dispuesta a entregar un auténtico cheque en blanco. Nada más para recordar a las principales empresas: Carso de Carlos Slim, ICA del financiero David Martínez, Hermes de Carlos Hank González, Prodemex de Olegario Vázquez Aldir, GIA+A de Hipólito Gerard y Coconal de Héctor Ovalle, de las principales mexicanas. La ruta para cerrar el megaproyecto de Texcoco está resultando sumamente complicada para el nuevo gobierno. Primero los tenedores del bono y ahora los constructores, que se supone que eran los más sencillos de persuadir.


Japón siempre ha sido atractivo para los mexicanos. Es un país con una gran resonancia cultural para nosotros.


Abajo te dejo un link para entender cómo fracasó Japón en su camino al progreso. En nuestras manos está progresar, o fallar como los japoneses un 7 de diciembre de 1941.


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