Fraudecito,
fraude, y lo que sigue…
El 2 de noviembre el jefe de la
bancada de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Delgado, prometió que no
volverá a realizarse una consulta como la que se hizo para la construcción del
nuevo aeropuerto, y ofreció aprobar en noviembre una iniciativa de reforma de
su partido para dar transparencia, certidumbre y legalidad a las consultas
populares.
Dijo que “es la última consulta que se
hizo con esas características (al margen de la ley), con esas restricciones,
con esa coyuntura. Todas las consultas que se hagan de aquí para adelante, de
las decisiones más relevantes para el país, cuando así se decida, tendrán que
apegarse necesariamente a la ley que regula las consultas populares”.
Agregó que "no veremos ya otra
consulta con las características que tuvimos respecto del aeropuerto, por las
condiciones y restricciones naturales que tenemos por no estar en el gobierno y
por tener una ley altamente restrictiva".
Según afirmó, todas las consultas
ciudadanas que se hagan a partir de la llegada del nuevo gobierno van a estar
sujetas a la ley.
Aunque de hecho ya existe una Ley de
Consultas Populares. Para el diputado de
Obrador, la ley es “restrictiva”.
Pues, queda demostrado que los
diputados y senadores de Morena no tiene palabra. Sólo son sirvientes de Obrador.
Como la ley se les hace restrictiva,
simplemente se la saltan.
¿Por qué teniendo mayoría en ambas
cámaras prefieren actuar fuera de la ley?
Por que cualquier ley les impondría
condiciones y criterios.
La ley definiría si el acto sometido a
consulta es la voluntad de la mayoría, o no.
Justamente lo que Obrador no quiere
tomar en cuenta.
No le importa lo que la gente quiera.
Le importa lo que él quiere.
Lo que hace con este tipo de eventos
es mantener movilizada a su base. Tanto a su clientela como a sus
simpatizantes.
Muy, muy pronto llegó al cinismo en
este tipo de eventos. Anuncia la construcción de la obra que pagaremos todos
para darle fama a él para el día 16 de diciembre, y la consulta para el 24 y 25
de este mes. La obra empezará, con o sin consulta. Por que no importa la
opinión de la gente.
Los clientes y simpatizantes de
Obrador quedan tablas. Lo apoyan, así que estos eventos no cambian nada.
Los van acostumbrando a que Obrador
pueda hacer lo que desea. La ley no importa.
… cómo es la ley a romper…
El 4 de octubre de 2018, la senadora
de Morena Jesús Lucía Trasviña Waldenrath presentó una iniciativa para cambiar
la Ley de Consultas Populares.
Iniciativa que no se votó. Es decir,
teniendo el poder de cambiar la ley para hacer otro tipo de consultas
populares, Obrador no lo hizo.
La iniciativa de Waldenrath propone
que se puedan hacer consultas populares sin límite:
“La consulta popular podrá realizarse
en cualquier momento. La autoridad electoral deberá procurar que su celebración
se realice de forma expedita una vez cumplidos los requisitos señalados por la
Ley”.
Pero también establece cuántos votos
la harían vinculatoria:
“Cuando la participación total corresponda, al menos, al 40% de los ciudadanos que ejercieron su derecho al voto en la última elección inscritos en la lista nominal de electores, el resultado será vinculatorio para los poderes Ejecutivo y Legislativo federales y para las autoridades competentes”.
“Cuando la participación total corresponda, al menos, al 40% de los ciudadanos que ejercieron su derecho al voto en la última elección inscritos en la lista nominal de electores, el resultado será vinculatorio para los poderes Ejecutivo y Legislativo federales y para las autoridades competentes”.
Esta es la causa por la que Obrador se
saltó incluso la ley propuesta por su partido: la nueva ley que los diputados
de Morena impondrían obligaría a Obrador a que la decisión queda en los
votantes: en el 40% de los que hayan votado en la pasada elección.
Pero, si lo que quieres es hacer tu
voluntad y echarle la culpa a la gente, haces un evento en el que los votos no
cuentan: en el que cualquier número, 10 mil o 10, deciden.
En la ley propuesta por Obrador y sus
sirvientes no se fomenta la participación ciudadana. No se abren las reglas
para que los ciudadanos puedan exigir consultas. Sólo los diputados y el
presidente podrán hacerlo.
¿Qué podemos hacer?
Insistir en que la ley se cumpla. Recurrir
a las instancias legales correspondientes.
Acusar la simulación. En todos los
foros a los que tengamos acceso. No existe la costumbre de enviar cartas a
medios. Hay que inaugurarla.
No participar. En un ejercicio se
lógica simple: no se puede ser cómplice de un acto ilegal, no se puede
participar en un acto que se descalifica moralmente, no se puede avalar
políticamente algo que viola la ley.
Generar debates con las criaturas
obradoristas, para señalar las inconsistencias e ilegalidades del acto, para
generar presión política contra los que han cometido actos ilegales.
Señalar las consecuencias de esta
acción. Por ejemplo, que aunque le fuera revocado el mandato en 2021, con una
“consulta” bastarda asumiría ilegalmente el poder de nuevo. Acusar el parecido
cada vez mayor a regímenes de corte dictatorial como Venezuela o Cuba o
Nicaragua.
Apoyar las iniciativas ciudadanas sobre
el tema. Hay al menos una.
Debatir con los legisladores
sirvientes de Obrador: los que pudiendo cambiar la ley, no lo hacen y
simplemente obedecen servilmente a su líder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario